Monta y configura tu propio ordenador pieza a pieza

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  1. ¿Qué tipo de ordenador necesitas?


La configuración y montaje de un ordenador puede parecer algo muy complicado, pero en realidad no lo es tanto. Bastará con conocer algunas características básicas de los componentes para evitar incompatibilidades y tener en cuenta algunos factores importantes a la hora de elegir los componentes adecuados para construir tu PC.


Lo básico para comenzar con buen pie es hacerte a ti mismo una sencilla pregunta y responder con total sinceridad: ¿Qué tipo de ordenador necesitas?


Teniendo siempre en mente esta pregunta conseguirás configurar tu ordenador ideal, ya que no necesita el mismo tipo de componentes un ordenador destinado a tareas de ofimática, que un ordenador gaming, o al renderizado de diseños en 3D.
Por supuesto, responder a esta pregunta con total sinceridad afectará directamente a tu bolsillo, ya que resultan mucho más caros los componentes necesarios para montar un PC para juegos, que un ordenador para ofimática. Si no lo haces, pueden suceder dos cosas: o bien terminarás con un ordenador con prestaciones inferiores a las que realmente necesitas, o habrás pagado un dineral por unos componentes a los que nunca conseguirás exprimir todo su potencial.


Otra de las tareas que deberás realizar es confeccionar un presupuesto realista con un importe máximo que no deberías superar, teniendo en cuenta el tipo de ordenador que necesitas.


Mantenerse dentro de los límites del presupuesto es importante ya que, muy probablemente, mientras estés seleccionando los componentes, irás encontrando otros componentes un poco mejores, con una diferencia mínima de precio que te harán dudar seriamente. Estos pequeños incrementos de precio en cada uno de los componentes, se materializan en un gran susto final cuando veas la cifra total que suman todos los componentes y lo mucho que se ha desviado de la cifra que inicialmente tenías prevista.

2. Procesador



El procesador es el componente que proporciona toda la potencia de cálculo al ordenador, por lo que es uno de los principales componentes para la configuración de tu ordenador.


Si con el anterior apartado has llegado a una conclusión clara sobre qué tipo de ordenador necesitas, verás que las opciones para elegir un determinado procesador se reducen considerablemente ya que, si tu intención es montar un ordenador para juegos, se descartan las gamas de procesadores menos potentes o los que tengan la GPU integrada, como los de la gama A de AMD.


Elegir el procesador adecuado te puede ahorrar muchos problemas y dinero.


De la misma forma, si has decidido que lo que necesitas es configurar un PC para ofimática, no tiene sentido equiparlo con procesador de altas prestaciones por el que pagarás una fortuna, cuando con los más sencillos tendrás todo el rendimiento que necesitas.


A parte de eso, existen algunos aspectos técnicos que influyen en la elección de un determinado procesador, como son el número de núcleos, la frecuencia de reloj a la que trabajan o la memoria caché. Pero teniendo en cuenta el rango de potencia que necesitas y el presupuesto disponible, podrás eliminar la mayoría de candidatos y, muy probablemente, quedarán dos o tres candidatos entre los que decidirte.


3. Placa base



La placa base ideal para tu PC es otro de los componentes principales en la configuración de un ordenador, ya que sobre ella se montan el resto de componentes e influye directamente en el tipo de caja que más adelante podrá tener tu PC, la configuración de tarjetas gráficas, el número de unidades de almacenamiento que podrás instalar, etc.


Dado que ya has elegido el procesador que necesitas para el tipo de PC que vas a configurar, deberás buscar una placa base que soporte la plataforma y el zócalo (o socket) de ese procesador.


Es decir, que si tu elección ha sido un AMD A8-7650K, debes elegir una placa base compatible con la plataforma AMD con el zócalo FM2+, mientras que si has optado, por ejemplo, por un Intel Core i5-6600, la placa base deberá ser compatible con la plataforma Intel y tener un zócalo 1151, que es el adecuado para este procesador.


El zócalo de la placa base debe ser compatible con el procesador.


Toda esta información se especifica claramente tanto en las características de las placas base, como en las de los procesadores.


A parte de elegir la plataforma y el zócalo compatible con el procesador, también tendrás que elegir qué chipset necesitas para tu placa base. A grandes rasgos, el chipset determina el número de conexiones disponibles en la placa base.


Así, las placas base, aun siendo compatible con el mismo zócalo, pueden ofrecer 6, 8 o 10 conectores SATA para las unidades de almacenamiento o un mayor número de conectores USB, PCI y PCI-e, etc. Todo eso, lo establece el tipo de chipset que integre la placa.


Por último, tendrás que elegir el factor de forma de la placa base, que básicamente hace referencia a su tamaño físico.


El factor de forma de la placa base afecta al número de conexiones.


Encontrarás placas base con características similares, en las que la única diferencia es su tamaño. Esto es importante si pretendes configurar un equipo compacto o un mini PC, ya que físicamente podría no caber en la caja.

4. Memoria RAM



Existe la creencia popular de que cuanta más memoria RAM, mejor.
Si bien es cierto que la carencia de memoria RAM puede ralentizar tu ordenador, instalar una cantidad exagerada de memoria RAM no garantizará en absoluto un rendimiento superior y solo contribuirá a encarecer la factura final que pagarás por él.


Como ha venido sucediendo hasta ahora en los anteriores apartados, la respuesta sincera y meditada a la pregunta sobre qué ordenador necesitas, que te planteábamos en el primer apartado, tiene la clave para determinar la cantidad de memoria RAM necesitarás.
Elegir la cantidad correcta de memoria RAM te ahorrará mucho dinero.
Por ponerte un ejemplo práctico, si vas a configurar un PC para ofimática y decides instalar 16 GB de memoria RAM, tu equipo raramente necesitará más de 4 GB de memoria RAM, por lo que habrás pagado 4 veces más por algo que nunca vas a utilizar. En cambio, si tienes en mente montar un ordenador para renderizado en 3D o edición fotográfica, muy probablemente necesites 32 GB o incluso más, por lo que cada euro invertido en memoria RAM merecerá la pena.


La placa base determina el tipo de memoria que debes utilizar y así lo indicará en sus especificaciones (DDR3, DDR4, etc.), pero dentro de estos tipos de memoria RAM encontrarás diferentes rendimientos establecidos por la frecuencia del reloj de las memorias que forman cada módulo.


Esto, para equipos que no necesiten demasiada potencia, apenas tiene importancia ya que con unos módulos de memoria RAM que funcionen a unas frecuencias de entre 1.333 o 1.600 MHz tendrás más que suficiente, pero cuando se trata de elegir la memoria RAM adecuada para PC gaming o de alto rendimiento, comienzan a apreciarse las diferencias en frecuencias más altas.

5. Disco duro



La elección de tu sistema de almacenamiento no solo debe tomarse en consideración la cantidad de datos que necesitas guardar en tu ordenador, sino que también influirá a la hora de mejorar la velocidad y fluidez de todo el sistema operativo de tu PC.




Existen diversos sistemas de almacenamiento y permiten configuraciones combinadas para ofrecer un excelente equilibrio entre una buena capacidad de almacenamiento y un rendimiento brillante para tu ordenador.

Así, el disco duro magnético de toda la vida sigue siendo una de las mejores opciones para obtener una gran capacidad de almacenamiento de datos, a un precio muy ajustado.
Los SSD, por su parte, ofrecen unas capacidades menores a un coste superior. Es cierto que durante el último año su precio ha bajado considerablemente y sus capacidades han aumentado, pero todavía continúan siendo una opción más cara que los HDD tradicionales.
En contrapartida, los SSD ofrecen un rendimiento muy superior al más potente de los discos duros tradicionales.




La gran suerte para ti es que no tendrás que optar por uno y otro. Puedes combinar ambos sistemas de almacenamiento en un mismo PC para instalar el sistema operativo y los documentos más utilizados en un SSD y conectar un disco duro de gran capacidad que actúe como almacén para tus datos.


Además, si tu placa base lo permite, también puedes combinar varios discos o sistemas de almacenamiento en RAID para obtener más velocidad de transferencia, unir capacidades como si fuera una única unidad o crear un entorno de almacenamiento más seguro para tus datos, dependiendo del tipo de sistema RAID que elijas.


6. Tarjeta gráfica



La tarjeta gráfica es un componente complejo que permite procesar datos por sí mismo, como si de un pequeño ordenador se tratara, para liberar al procesador de parte de la carga de tener que procesar toda la información gráfica que se muestra en pantalla.

Dependiendo del uso que se le vaya a dar al ordenador, podrás optar por añadir una tarjeta gráfica dedicada (o varias) o utilizar la que muy probablemente viene integrada en el propio procesador.


Si tu exigencia gráfica se va a limitar a ver unos pocos vídeos en Internet y los videojuegos no son tu mayor pasión, te podrás ahorrar algunos euros ya que con el chip gráfico que viene integrado en el procesador tendrás más que suficiente.





En cambio, si pretendes disfrutar de todo el detalle de las películas en resolución 4K o jugar a los últimos juegos apreciando hasta el último detalle gráfico, sin duda alguna, necesitarás una gráfica dedicada.


Pero todas las tarjetas gráficas dedicadas no son iguales, ni ofrecen la misma potencia.
Por ello, al igual que sucede con el procesador, deberás establecer el rango de potencia y precio que necesitas y tu presupuesto inicial te permita.


7. Fuente de alimentación



La fuente de alimentación de tu PC suele ser una de las grandes olvidadas en las configuraciones de los ordenadores, tanto a nivel de calidad, como de potencia.


No obstante, este componente es el que debe garantizar una corriente eléctrica adecuada y estable para que funcionen el resto de componentes. Si esta falla o entrega un voltaje inadecuado, el resto de componentes caerán como un castillo de naipes, y lo peor de todo, es que posiblemente lo hagan causando averías.


Al igual que sucede con la memoria RAM, encontrarás a mucha gente que te diga que, en cuanto a las fuentes de alimentación, cuantos más vatios tengan, mejor.


Los vatios de la fuente no lo son todo. Conviene elegir la fuente adecuada para tu PC.


Esto no es en absoluto cierto, a no ser que quieras pagar más por un componente que realmente no necesitas.


Antes de decidirte por una determinada fuente de alimentación para tu PC, debes saber la potencia aproximada que vas a necesitar para tu configuración. Esto se consigue consultando alguna de las calculadoras de consumo eléctrico de tu PC que encontrarás en la red.


Como es lógico, no necesitará la misma energía un PC con un disco y que utilice la tarjeta gráfica integrada en el procesador, que un PC para juegos con 5 discos duros y dos tarjetas gráficas dedicadas.


Una vez determinada la potencia que necesitas en tu fuente de alimentación, conviene elegir alguna que realmente ofrezca el voltaje que promete, y que además lo haga de forma optimizada. Esto se consigue con las fuentes de alimentación que cuentan con la certificación 80+.

8: Caja y sistemas de refrigeración

Por último, pero no menos importante, debes abordar la elección de los sistemas de refrigeración que instalaras en tu PC y esto, aunque te pueda sorprender, también incluye la caja en la que irá montado tu equipo.


Puede parecer que la caja para el PC solo cumple la función de servir como cubículo donde meter todos los componentes que forman tu PC y adornarlo con formas más o menos elegantes o espectaculares. Craso error.


La caja para el PC constituye en sí misma un elemento de refrigeración del resto de componentes que forman tu equipo, así como también supone el elemento que permite la instalación de otros elementos de refrigeración adicionales para tu ordenador.


La caja deberá contar con los huecos y el espacio necesario para instalar los elementos de refrigeración.


Algunos de los factores que deberás tener en cuenta a la hora de elegir la que será la caja ideal para tu PC, dejando a un lado el aspecto puramente estético, es que sea compatible con el factor de forma de la placa base que has elegido y disponga de espacio suficiente para dar cabida a elementos importantes como la tarjeta gráfica, los discos duros, unidades de disco DVD/BluRay, etc.


Además, también es importante que cuente con los suficientes huecos y las dimensiones adecuadas para poder instalar elementos de refrigeración adicionales.


La caja debe tener las dimensiones adecuadas para alojar elementos de refrigeración adicional.


Estos elementos de refrigeración para tu PC no solo se limitan a un determinado número de ventiladores distribuidos por el interior de la caja, también podrán ser disipadores de mayor tamaño para el procesador o las tarjetas gráficas o sistemas de refrigeración líquida.
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